Van surcando el desierto las huestes de Israel
A la tierra que fluye leche y miel;
Va marchando en la nube la presencia del Señor
Y en el fuego de la noche el camino alumbrará, hacia Canaán.
De aquella roca Jehová el agua refrescante al pueblo dio a beber
Y pan de noble, el maná fielmente descendía a cada amanecer
Y sus vestidos jamás envejecieron, por las manos del Fuerte de Jacob.
(BIS)
El Mar Rojo su paso no pudo detener
Y en su cauce sendero les brindó
Y quedó el enemigo sepultado en aquel mar
Y el polvo del camino nuevamente apareció, hacia Canaán.
Hoy también como ayer hay un pueblo que se va
A la nueva y gloriosa Canaán
Y es el fuego el que indica su continuo caminar
Y es la nube de día que muy pronto llegará, en que Él volverá.
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